viernes, 29 de septiembre de 2023

domingo, 24 de septiembre de 2023

Cuarzo rosa.

Hablaba sobre las cosas que le gustaban. Daba un trago y seguía charlando con tono grave y centrado. De vez en cuando explicaba algo y movía las manos como si volasen por sus frases. Yo las seguía con atención.

Estaba narrando. Se le reflejaban luces verdes en el pelo y por mi parte, confieso que me había empapado los pies y casi no podía pensar en nada más. Pero todo era muy bonito, muy surreal. No sé por qué, pero yo veía todo con nitidez. Incluso su media sonrisa.

Estaba andando con las manos metidas en los bolsillos. Y agachó la cabeza y luego la alzó. No dijo nada, pero tembló un poco. Y al rato se fue. Y me dio mucha pena.

Estaba sentado y no paraba de decir cosas preciosas. Casi no lo veía con tanta oscuridad y nunca fui capaz de recordar ni una palabra de lo que había musitado, salvo un estrepitoso ¡¿cómo puedes ignorarlo?! Sin embargo, clasifiqué el instante como "hermosísimo".

Estaba llorando y murmuraba muchas cosas. Por primera vez vi sus miedos y sentí que podía, por fin, verlo a él. Luego esperé hasta que pudo volver a reír.

Estaba abriendo un regalo. Lo vio y se quedó en silencio. Luego hizo un puchero y fingió que no estaba emocionado porque estábamos rodeados de gente, mientras me daba las gracias repetidas veces. 

Estaba conduciendo y había luna llena. No había nadie más y estaba contento, así que canturreaba una canción.

Estaba riéndose y tuve que escucharlo en bucle una y otra vez para estudiar todos los matices de ese sonido. Luego dejaba que acabase el audio y lo volvía a oír hasta que me lo aprendía. Adicta perdida.

Estaba adormilado, agotado. La mano le caía relajada sobre el sofá y en la televisión se había quedado congelado un fotograma reciente. Todo estaba en paz.

Estaba bebiendo y miraba el horizonte. El columpio donde nos mecíamos bailaba bajo los rayos del verano. Y olía a hierba y a madera, y el té me supo de maravilla.

Estaba reflexionando sobre las relaciones entre diferentes personas a raíz de algo que yo había dicho. Movía el tenedor al fondo del plato, elevando las últimas piezas de arroz, y miraba a la nada, y a mí, de vez en cuando.

Estaba buscando algo. Y lo encontró y me lo enseñó entusiasmado. Y como no podía creerme lo que veía, se me cayeron las lágrimas de felicidad.

Estaba meditando. Tamborileaba en mi pierna mientras me hablaba de cosas que habían pasado hace mucho. Me estaba congelando, pero estaba enganchada a lo que decía y a las farolas que se reflejaban en el agua. Así que no moví ni un ápice.

Estaba andando y me cambió de sitio para que yo me situara dentro de la acera. Y luego dejó la mano en el aire, esperándome. 


Estoy segura de que me estaba hablando, porque me preguntó: ¿y tú?

Y yo sonreí y recordé todas y cada una de las múltiples veces en las que había pensado: "qué suerte tengo". Así que respondí sin dudarlo que "sí".

lunes, 11 de septiembre de 2023

Hipofrenia

Me estoy buscando una sustituta. 
Más lista, más bonita, más risueña, más creativa.
Que la quieran hasta el infinito, le ofrezcan más cosas, la traten mejor.
Más honesta, más afortunada, más centrada, más vivaz.
Que siempre la valoren, que obtenga más palabras de amor, la piensen a cada segundo.
La persigo con fervor y no la veo por ninguna parte.
Pero yo me sigo buscando una sustituta.