Hay días complicados. Vaya que si los hay. Estás viendo una comedia y tu cuerpo parece horchata. Al día siguiente, quizás llores por todo. Cambios rápidos y desorbitados, sin explicación. No luches contra ello. No se puede controlar. La cuestión es que... las cosas de la vida, por lo general, siguen doliendo exactamente igual con las endorfinas machacándote o desaparecidas. Si un momento precioso no sale como esperabas, la decepción está a la vuelta de la esquina y te la toparás de cara.
A veces son las personas las que tienen que ser tu química.
No vale con eso de "se pasará".
Venid. Dadme un abrazo.
Dime que me quieres de verdad.
Endorfíname.