domingo, 4 de diciembre de 2022

Perfecto

La manta a cuadros sobre los hombros, el libro agotándose entre mis dedos, en la tele una peli tonta, mamá y papá en el sofá de al lado, la chimenea suena y fuera está lloviendo. 

Antes lo tenía y no lo veía. 

Menos mal que he despertado antes de perderlo.

martes, 20 de septiembre de 2022

Gotas

 Lluvia, cae como un torrente. Limpia el mundo y perdura enterrada. Da vida a lo que vamos matando. 


Cúrala.

domingo, 4 de septiembre de 2022

La papelera llena.

Desgasta el soñar, 
para luego tener que tirar,
una vez más,
el papel donde describí, 
punto por punto, 
cómo sería mi vida. 

viernes, 2 de septiembre de 2022

Desiderium

Porque estás en cada esquina, no te dejo ir. 

Porque te escogí para el camino, no te dejo ir. 

Porque eres mi única constante, no te dejo ir. 

Porque te asentaste en mis recuerdos, no te dejo ir.

En mi resistencia subyace una pequeña voz, donde no llegaste a alterar ninguna partícula, que grita acorralada que ya no puede ser. La oigo a lo lejos, sorprendida, y la sigo hasta un diminuto rincón para mirarla y escucharla mejor. Me echa un jarro de agua fría y repite sus palabras: ya no puede ser. 

Si ella lo piensa, yo tengo que creerlo y, solo por eso, me obligo a dejarte ir, y me pudro en el anhelo mientras contemplo todos los lugares donde permanecerás para siempre, que ya no debo admirar, ni siquiera en mis más profundos sueños. Dejo que... te vayas.




martes, 30 de agosto de 2022

Ahora.

- ¿Qué estás haciendo?


Su voz me sobresaltó. Observé cómo tomaba asiento a mi lado, las mecedoras comenzando a balancearse al mismo tiempo. Sonreí levemente. Siempre me provocaba la misma reacción.


- Recrearme en mi miseria, como es costumbre últimamente. - El humor asomándose en mis comisuras. Una mano tras mi cabeza. La vista en la luna.- Nunca estoy segura de cuándo vas a aparecer, ¿sabes?


No me hacía falta mirarlo para adivinar que sus facciones no habían cambiado ni un ápice desde la última vez. Siempre eterno, inmortal. Los años no importaban.


- Solo vengo a recordarte que nunca hay una sola elección correcta - dijo, como obviando mi comentario anterior.

- Depende de lo que consideres por correcto en un futuro no muy lejano - comenté-. Solo quiero ser feliz. Y la verdad, no estoy segura de que todos los caminos disponibles actualmente me vayan a llevar a ese objetivo.


El silencio que sostenía nuestra conversación bailó ante nosotros unos minutos. La noche era tranquila y los árboles se inclinaban ante mí de vez en cuando. Los tejados brillaban en el horizonte, aún devolviendo el calor del verano a las estrellas. Las calles estaban desiertas y bajo mis pies apoyados en la barandilla de la terraza, un gato se acurrucaba en la acera creyéndose inadvertido. 


- ¿Sabes que la felicidad puede ser una elección? - murmuró al cabo de unos instantes-. Si por un instante dejas de creer que una serie de cosas sucederán inevitablemente, que el universo te debe algo bueno, que el destino traerá aquello o esto otro... Si solamente vieras el paso que hay que dar inmediatamente y no trataras de adivinar lo que está lejos, tan lejos que es imposible de atisbar, tal vez entonces, serías más feliz. Pierde el control, no te prepares para la respuesta a un acertijo indescifrable. Hay muchos hilos siendo movidos al mismo tiempo.


Medité sobre sus palabras. 


- ¿Y qué hay del pasado? - pregunté mientras daba vueltas a mi forma de pensar, de manifestar y divagar. ¿Era tan erróneo mi enfoque en la vida, que sufría de más?

- El pasado ya no existe. Solo existes tú. Ahora. Ahora. Ahora.


Enmudecí y me giré para observarlo. Él desconectó su vista del cielo y me sostuvo la mirada. Después de un segundo, desentrelacé mis dedos de mi corazón y tendí la mano entre nuestras mecedoras. Él se limitó a cogerla y sonreír.


- Ahora - susurré.



viernes, 19 de agosto de 2022

El sueño vuela.

 El sueño vuela lejos. Mientras me asomo a la memoria borro las fallas y me quedo con la belleza que persiste, porque amo más fuerte de lo que pienso. Porque en el trayecto de invertirlo me di cuenta de que pensé mucho más de lo que me quise. Y porque quererme, pensar y no amar, se me antojan planes tan distantes como el sol que amanece, el que se pone y el que desaparece.

jueves, 18 de agosto de 2022

Primer desahogo.

 Y los recuerdos te bailan, te golpean sin piedad. 

Te arrastras como puedes, siempre dicen que hay que avanzar. 

No hay línea de meta y el peso no se va. 

La gente siempre susurra, ¿por qué no lo quiere soltar? 

El lastre va reptando como si te quisiera alcanzar,

pero eres tú quien lo aferras, con cierta inseguridad.

Decidiste con la mente, no te perdonarán.

El corazón hecho un ovillo, tu cuerpo como el cristal.

Ojalá el tiempo varado y el futuro la eternidad,

para poder rearmar el puzzle y crear un digno final.

Tú solo tiemblas, amiga, te resguardas de la realidad.

Reza para que no dure el delirio, tu vida en juego está.

domingo, 3 de julio de 2022

Los tres cerditos.

 Me siento hoja seca. 

El peciolo quebradizo, el color abatido.

La más leve brisa me hace temblar.

Llevo avisando de mi caída demasiado tiempo.

Tú sigues soplando.




viernes, 1 de julio de 2022

Presencia

La energía que desprendía traspasaba las paredes. Era una ola de calma casi susurrante, que se arrastraba por todos los recovecos de la habitación. Cuando se reía, pequeñas ráfagas de electricidad te pinchaban, buscando puntos débiles. Era contagioso, un evento imposible de pasar desapercibido.

La luz de la habitación iba cambiando. Atardecía. El tiempo desaparecía rápidamente. Sus "¿estás mejor?" se oían distantes, como pequeñas gotas de lluvia lamiendo un cristal roto. No se enteraba de que lo amortiguaba todo, como la hierba naciente en un campo abatido por las tormentas. Allí yo solo me sentía tierra; profunda, resistente e imperturbable. Y todo me olía a petricor. Y estaba en paz.



jueves, 16 de junio de 2022

martes, 24 de mayo de 2022

Ya soy mayor

A la cuarta vez que me cambió la disposición de la habitación, me enfadé de verdad. Se afligió bastante y prometió no volver a hacerlo, pero recriminándome a la vez que yo tenía mucho carácter, cosa que en absoluto es cierta. Hoy ha olvidado sus palabras por quinta vez. He estallado en argumentos sobre por qué necesito mi espacio personal mientras vivamos bajo el mismo techo. Me controlo a nivel infinito a pesar de que me gustaría que se cayese el cielo, simplemente, porque estoy discutiendo con mamá y la quiero demasiado. No obstante, en su mente, yo estoy montando un numerito realmente exagerado. Estoy segura.

Ella defiende una y otra vez que esta es su casa y que mi cuarto está mejor así (como sea que ella lo ponga). Nunca quiere entender  ni ceder, pero esta vez quiero que me escuche. Hablo y hablo, nos pisamos. Soy más directa, para que esta vez cale el mensaje. Se ha puesto triste, casi haciendo un puchero medio enfadada medio queriendo mandarme a la porra, y ha refunfuñado que está cansada porque siempre me cabreo por tonterías. No quiere entender que esos siempre, son el mismo enfado. Siempre es la misma circunstancia, en diferentes tiempos y perspectivas, la que me saca las uñas para defender mi territorio. 

Prefiere no asumir que estoy rozando los treinta años y que ya sé elegir mi vida sin su ayuda. Que es hora de que se baje levemente del escenario para dejarme elegir. Que sé lo que quiero, y que necesito tener control sobre una pequeña porción de mi entorno. Al menos, sobre mis cosas. Mi privacidad es algo imprescindible, incluso si tengo que volver a casa una y otra vez porque el sueldo no da para nada. Está molesta y ya no me oye y, como me da pena, no quiero seguir discutiendo. Discutir con mamá es extenuante, porque no quiero hacerla daño. Si tan solo supiera lo que me controlo... pero no lo sabe. Y volverá a errar. Porque para mis padres nunca seré suficientemente mayor. 

jueves, 27 de enero de 2022

Balanza amañada.

Qué cómico resulta tenerlo todo y que nunca se considere suficiente para sobrevivir, como si la vida tuviera un cauce propio y la realidad exigiera otro rumbo al que dirigirse.
Qué envidia dan las personas que tienen toda su vida resuelta, pero qué lástima da cuando no ven que no puedes seguir todos sus pasos, por mucho que lo desees. 
Qué ridículo es el echar de menos diariamente, cuando al tener que regresar a donde les esperas, ellos en realidad sienten pena y nostalgia de lo que dejan. 

La vida da muchas vueltas, dicen. 
Yo solo veo que es una balanza que nunca está equilibrada para todos.