Cada cosa que he amado tiene trazas de mí, de lo que he construido y de lo que quise que prevaleciera en ellas. Los rincones que me adoptaron en algún momento de mi vida balancean tapices durante las tormentas, y miles de retales esparcidos por las colinas que alcancé se agitan en una danza hipnótica. Hay recuerdos importantes que penden de hebras firmes y que, muchas veces, tiran de mí si intento avanzar demasiado deprisa.
A veces me enredo en mi propia creación.
Son momentos angustiosos.
No veo una salida.
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