Huye tan rápido como puedas.
Rompe con esa gente que decepciona, que oculta, que titubea.
Aléjate de cuanto conoces y lárgate antes de que sea tarde.
Arrastra tu cuerpo por un pentagrama y traza curvas en la superficie.
Que tiemble lo establecido, lo aceptado, lo olvidado.
Busca un hogar en una dimensión real.
No te sumerjas de nuevo.
No te escondas.
Moldea tu mundo.
Constrúyelo.
Conquístalo.
Ten amnesia.
Sé otra persona.
Ajústate a tu nueva realidad.
Que bajo tu árbol sólo puedan vararse los elegidos.
Y así es como te das cuenta:
ResponderEliminarLas personas a las que empiezas a querer te decepcionan constantemente.
Vuelves a desaparecer...
Buscas compartir tu lugar, sin tener que llevar caretas o fingir.
Conoces nuevos vientos.
Nuevas amistades.
Decepción.
...se repite el ciclo...
Una y otra vez,
una y otra vez...
Hasta que te das cuenta.
Encuentras a la única persona que nunca te ha fallado.
Eres tú.
Por más que te decepcionen tú te aprecias y te admiras,
te quieres...
Te aceptas tal como eres.
Porque eres feliz así.
Te das cuenta...
Tratar ser otra persona para evitar que te hagan daño de nuevo,
eso hace que algo no encaje en tu interior,
no se acople...
Te hace estar fuera de ti,
descompasad@,
perdid@...