martes, 29 de agosto de 2023

Pegajosa.

Los pies se me quedan pegados al suelo. Parece que las suelas se me derritieran cuando atravieso algunos tramos. 

Me gustaría que no fuera cierto, incluso me avergüenza confesar que hace años que no consigo quitarme estos zapatos. Cuando los miro, apesadumbrada, el corazón empieza siempre a relampaguearme. Intento avanzar y parezco un ratón pegado a una trampa. 

El sol quema tanto que hiervo, como el camino, como el oxígeno que boqueo. Y me enfado porque quiero seguir corriendo, pero, sin venir a cuento, los pies se me vuelven a quedar, poco a poco, pegados al suelo.

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