Ahora sé que si te lo dice el corazón, vas a estar acertado.
Que hay que superar la trampa de la cobardía,
pese a que te enrede con sus manos y te impida alzar la mirada.
Que tu subconsciente puede ver más allá de una faceta
y que, mientras el tiempo espera proporcionarte carcajadas al abrir
los ojos,
tu alma te sorprenderá con una coraza que tu mente no habría podido construir.
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