La penumbra llega demente, tibia y perpetua a la sala. Se desliza con parsimonia y otea la Nada. Exhala. Alza la mirada y proclama: "rebelaos ante el fin de la luz o he aquí mi trono, he aquí mi legado, he aquí mi imperio." Eleva su copa en un brindis incompleto y la vuelca. La sangre serpentea sobre el mármol blanco de una gran escalinata. Qué grotesco. Qué desafiante. Ese fue el momento exacto en el que sentí la presencia de La Muerte.
Me encantó. Directo. Una imagen que se me quedará. Muchas gracias =)
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