viernes, 2 de septiembre de 2022

Desiderium

Porque estás en cada esquina, no te dejo ir. 

Porque te escogí para el camino, no te dejo ir. 

Porque eres mi única constante, no te dejo ir. 

Porque te asentaste en mis recuerdos, no te dejo ir.

En mi resistencia subyace una pequeña voz, donde no llegaste a alterar ninguna partícula, que grita acorralada que ya no puede ser. La oigo a lo lejos, sorprendida, y la sigo hasta un diminuto rincón para mirarla y escucharla mejor. Me echa un jarro de agua fría y repite sus palabras: ya no puede ser. 

Si ella lo piensa, yo tengo que creerlo y, solo por eso, me obligo a dejarte ir, y me pudro en el anhelo mientras contemplo todos los lugares donde permanecerás para siempre, que ya no debo admirar, ni siquiera en mis más profundos sueños. Dejo que... te vayas.




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