jueves, 20 de noviembre de 2014

La magia que se disipa.

Llevo tiempo percibiendo que la magia ha expirado.
No sé si conseguiré explicarme en las breves lineas que planteo escribir hoy.


Desde que puedo considerarme una persona íntegra y suficientemente madura, he deseado, aun sabiendo que el mundo no guarda tantos secretos fantásticos como de niña quería, que existieran pequeños momentos que pusieran en duda todo lo que había aprendido.


Reconozco que he leído mucho, y que he naufragado repetidas veces en películas e historias de las que no me pertenecía ni la décima parte. Supongo que ésto ha colaborado en el hecho de que, situación que vivo, situación que tiendo a retorcer hasta atisbar una continuación "de libro". Es algo que mi mente hace por inercia.


A veces me despierto y una parte de mí, un lugar de mi mente que no quiere perder la ilusión, se pregunta si no será ese mismo día en el que descubra un hada en la ventana, un cubierto moviéndose sólo, o un ser de otro planeta infiltrado entre la multitud.


Tranquilos. Sé que nada de esto sucederá jamás, pero esa llama ínfima que me abraza a veces, me hace feliz y, lo más importante, me hace preguntarme cosas. Me hace imaginar.


Hace unos años tiré todas mis ideas locas y paranoicas a la papelera. Fue un tiempo un poco apagado y no me apetecía seguir esperando milagros absurdos. Pero... sorpresa. Volví a leer. Ese año leí como una demente, me sumergí en innumerables tramas de cine y, cada vez que volvía a la realidad, todo se veía diferente.


Descubrí que no quería exactamente una historia de libro. Quería conocer personas y quería ver esa chispa pequeña e insignificante que separa una conversación banal de una profunda. Quería ver cómo se entretejían los hilos hasta que dos seres humanos decidían desenredarlos y hacer preguntas, e indagar y descubrir y darse cuenta de que los colores que pintaban dos mundos distintos a veces se parecen demasiado.


No sé si me estoy explicando bien. Ya sabéis que a veces divago y mis textos se vuelven completamente indescifrables. La cuestión es que cada vez valoro más un tipo de magia que ha quedado en el olvido. Ahora las personas se conocen y parece que intercambiar cuatro palabras varía el mundo entero. Todo es superficial, perezoso y absurdo. Ya no quedan silencios bonitos, de esos en los que casi se puede escuchar un interruptor encenderse y dos humanos descubrirse. Pero lo peor no es que no se vivan esos momentos. Lo peor es que la gente ya no aspira a crearlos, ni a tenerlos, ni los desea, ni los comprende, porque muchas personas ni siquiera han tenido la oportunidad de vivir uno de esos instantes tan maravillosos. Qué triste.



La magia ha expirado y no sé si tiene arreglo.
Pero supongo que siempre habrá un par de almas descarriadas, como la mía, que decidan mantenerla en el camino... para iluminarlo todo.

3 comentarios:

  1. Comparto tanto de lo que has dicho, que cualquier cosa que dijese sería poco. Realmente, no tengo palabras.

    ResponderEliminar
  2. La Humanidad ha evolucionado hasta un mundo caótico dentro un cierto orden, donde nuestra vida es una rutina y el tiempo vuela sin que nos demos cuenta. Todo ello ha contribuido, junto a los problemas derivados del día a día, a que las personas no tengan ni un segundo a responder sus inquietudes ni a poder liberar su imaginación hasta su máximo potencial y a caer en la banalidad por miedo a ser incomprendidos o señalados por sobresalir en su entorno.

    A veces dos personas del mismo potencial se encuentran y pueden empezar a desenredar los hilos que los atan, todo fruto del azar y de las consecuencias de sus decisiones vitales que les han llevado a compartir las mismas coordenadas espacio-temporales, pero prefiero pensar que un destino escrito hizo posible el encuentro. Es más simple, más poético, más mágico.

    Por eso me niego a creer que la magia haya expirado. Quiero creer, necesito creer, que las personas aún conservamos un ápice de ella, un pequeño punto de locura que nos siga permitiendo seguir teniendo aventuras, preguntas, poder imaginar o tener un simple momento revolucionario que rompa nuestra dictatorial monotonía aunque sea por un momento fugaz, pero que siempre quedará en nuestro recuerdo y permitirá seguir ardiendo a nuestra magia interior.

    Dicho esto, felicidades por tu blog.
    Un saludo :)

    ResponderEliminar