viernes, 24 de marzo de 2023

Aguja e hilo.

 Siempre he sabido que me falta algo, algo minúsculo pero que se percibe, o así lo siento, tan nítidamente como un punto rojo en medio de un lienzo vacío. Normalmente me distraigo e ignoro la sensación, pero otros días parece que todos mis sentidos estén a la búsqueda del boquete que tengo para hacerme un remiendo temporal. 

A veces es muy molesto, aunque logro desentenderme de ello. Un zumbido persistente en los oídos, un latido a contratiempo. Sin embargo, llega un momento en el que sé qué es exactamente lo que está fallando. Es entonces cuando siento que la energía huye de mí, como si aquel ínfimo hueco sin su pieza dejase escapar toda la esencia que habita en mí. Busco en vano. Jamás hallo una puntada que pueda cerrar la fisura y me terminan acechando las sombras, como buitres acompañando a un ciervo moribundo.


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